y la lluvia...

Hace como mil años que no ando por aquí... soy un poco desconsiderada, pero debo reconocer que estaba más que colapsada. La U, los trabajos, las vueltas, "la vida"... es difícil a veces. Las últimas semanas no fui una persona normal y centrada, sólo me paseaba por Santiago haciendo diferentes cosas con cara de cansada.

Hoy llegué a Pto. Varas, por fin, me quería puro venir. Aunque llevo menos de un día y siento que me faltan todas las cosas de Santiago. Mentira, no es que me falten cosas, me faltan algunas personas, las mismas que me tenían loca porque las veía todo el día o hablaba con ellas todos los días... o quería/tenía que hablar y no podía. No sé. Esas relaciones medias bipolares.

Esas relaciones son como la lluvia -ja!, de cuándo tan metafórica cursi... pero filo- en serio son como la lluvia. Porque a mí, por ejemplo, me carga la lluvia, la odio casi con el alma, eso de estar entera mojada sin un lugar donde secarme... y el frio... como que no hay escapatoria, me siento rodeada, porque aunque llegue a un lugar donde no llueva, ya estoy mojada y no me puedo secar rapido, es como... desesperante. Un sentimiento bastante angustioso, y sufro... jajaja.

Bueno, también está la otra parte, uno necesita la lluvia. Es refrescante a veces, nótese, a veces. El otro día por ejemplo, el día estaba súper feo, gris y frío... como que sentía que la lluvia era necesaria. La lluvia tenía que venir, porque si no el día no estaba completo. Me tenía que acompañar para sentir que estaba todo "bien". Obvio, no era una lluvia fuerte, pero se notaba. Como que la lluvia me tranquilizó en cierta medida, era lo que me estaba faltando en ese momento y lo digo en el buen sentido.

Entonces, esas relaciones de las que hablaba son un poco así. A veces son necesarias, aunque a uno no le gusten, o sea... en mi caso, hasta me llegan a gustar (no siempre). Que terrible...

qué es lo que se hace con eso???